Exclamé: Maestro mío y mi parche
Tu verso brilla al decir del dolor
Que oprime al hombre de día y de noche
Y a esta zona del mundo me has traído
Donde vimos el alma de lo absurdo
Que no todo se le fue permitido
Alma del rebelde que era temido
Errando en que todo era permitido
Y no que nada estaba prohibido
Carencia de esta justificación
Es la develación del ‘‘sin sentido’’
Y del derecho sin aceptación
El nihilismo es absurdo de la ética
De insensible moral negando todo
Es marca del alma en guerra y frenética
Es la lucha del hombre por el hombre
Obnubilados y sin Dios se matan
A pesar de que se les dio un buen nombre
Mi discípulo contempla cómo yace
En el averno el maligno y con lápida
Tallada con fuego que del mal nace
Sin Dios y sin leyes y sin razón
Convertido en oscuras pasiones
Que ofende al humano con corazón
Entona con sentimiento tu canto
De las almas que en el orco suplican
Perdón que muchos se negaron tanto
Mira la xenofobia agonizante
Que en la tierra afanada señalaba
Y reprobaba a la vida emigrante
En las flamas está el holocausto
Que sacrificaba a seres humanos
Con fino escalpelo y de acto nefasto
Lápida y más lápidas y en la lápida
Se escribió con fuego la violencia
Satanizada horrorosa y temida
Miré al incontenible infanticidio
Que con su fatídico embrión de guerra
El futuro en la Patria es un suicidio
Vi la corrupción que es cruel ilícito
Cual úlcera en el corazón que crece
Como ese crimen moral del delito
Vi en el abismo la segregación
Que a los hombres los hizo desigual
En vez de la igualdad en su nación
Veía a la violación retorcerse
Consumida en el fuego del dolor
Que fiera y energúmena optó perderse
Vi quemados a los antivalores
Cultura dogmática e intolerante
Fin del tejido social sin valores
Era el secuestro igual de condenado
Que sin clemencia torturó la vida
Hasta que el corazón fue destrozado
También la ciega exclusión que sin ojos
Era el martirio de los vulnerables
De la sociedad sin muchos sonrojos
Rechazando las posibilidades
De lograr la gloria humana y ocultándole
Con espejismos las realidades
Suplicaba roja la pedofilia
Condenada endemoniada y lasciva
Que deshojó al infante y a su familia
Ardían los maltratos que ensombrecen
De plaga y de brujería a menores
Con imaginería que embrutecen
El maltrato ritual o religioso
Y ritual satánico se consumen
En ese fuego tártaro y morboso
Vi al suicidio con letras en relieve
Vi al genocidio atado a Lucifer
Vi a ese bosque sombrío y sin la nieve
Miré infeliz a la trata de blancas
Que con su esclavitud fue esclavizada
Por la asquerosa avaricia en la Banca
Vi a la traicionera destruida
Sin amor y con alma poseída
Inamigable fiera y carcomida
Espíritus en el Limbo quedaban
Enfrentados al ejemplar castigo
Y agobiados entre ellos se negaban
Maestro cómo sufrían las almas
Y estaban tan febriles y malditas
Que nunca amaron la Paz y la calma
Pero también maestro ahí está el Cielo
Do con gloria gozan las almas justas
Que alegres aún conservan su pelo
Mira a Adán y a Eva eran fuentes de vida
Génesis común de la raza humana
De abundante familia y bienvenida
Y Noé el hombre más justo y obediente
Quien con fe clamó perdón al Supremo
Para tanta raza desobediente
Y Abrahán el Patriarca engrandecido
Bendición de los pueblos de la tierra
Modelo de hombre y por Dios elegido
Y Sara honor de la mujer paciente
Símbolo del valor de la familia
Plena de un gran amor inteligente
Y Moisés el pastor responsable
Hombre de leyes y de multitudes
Y caudillo de un final amable
Y Jesús líder y crucificado
Amó hasta el extremo a la humanidad
Y redimïó al mundo del pecado
Adorando quedé al Rey de reyes
Al Poeta de versos en parábolas
Sabio con el Amor y con las Leyes
Tuvo compasión del desamparado
Como buen Pastor le tendió su brazo
Fue gobernado por este y amparado
Y mientras platicaba con canto
Homero con su Odisea y la Ilíada
Añoré la Grecia antigua y su encanto
También retórico estaba Virgilio
Eximio y de elocuente Perorata
Que en la Eneida cantó a su idilio
Latí fuerte con los humanizados:
Bolívar y Nariño y Santander
Gandhi y Luther y Mandela y Hurtado
Cuyos frutos son de reverdecer
Eran grandes y auténticos políticos
Que llevaban su Patrïa en la sangre
Gladiadores fuertes como obeliscos
Y broncíneo escudo contra el desangre